viernes, julio 15, 2005

Diario de un Guerrero

DIA UNO


Hay pocas cosas en la vida que impresionan más que dos ejércitos a punto de enfrentarse el uno contra el otro. Hay menos cosas aún en la vida que impresionan más cuando tú eres parte de uno de esos ejércitos y caminas hacia la batalla, eso es una experiencia única, es como si tú solo fueras a enfrentarte contra miles de soldados. En ese momento dudas pero oyes un sonido, cada vez más fuerte, cada vez más y más fuerte, según dejas de dudar el sonido de cientos de miles de pasos al golpear el suelo te recuerdan que no estás solo, te recuerdan que formas parte de un ejército y entonces dejas de dudar porque cuando eso ocurre sabes que no puedes morir, tal vez tú sí pero el ejército no, así que ya no te da miedo morir, solo deseas conducir al todo del que formas parte hacia la victoria.

En medio de la lucha te salpica la sangre, la locura se apodera de ti y solo piensas en matar, no en que no te maten sino en matar. Los gritos no se oyen, solo oyes el sonido que produce tu espada al atravesar las vestiduras de tu rival e introducirse en su cuerpo. La muerte no la oyes pero la puedes oler, la muerte huele a sangre y se refleja en la cara de quien va a morir, luego más tarde en otras batallas es lo único que deseas ver, solo deseas ver esa expresión en la cara de tu rival, solo ansías ver la muerte reflejada en su cara porque eso significará la victoria.

Muchos de los que forman este ejército están llenos de odio, han visto morir a sus seres queridos, otros han encontrado a sus mujeres y a sus hijas desnudas y muertas adornando macabramente el suelo de lo que antes era un hogar feliz. Yo no soy como ellos, nunca he tenido familia pero lucho porque gracias a Dios sé diferenciar entre el Bien y el Mal y sé que matar no está bien pero dejar que te maten tampoco.

Ahora mismo somos alrededor de diez mil soldados y nos dirigimos hacia el norte, se dice que allí se están produciendo las más terribles batallas. Nuestro General es conocido y temido, yo lucharía a su lado hasta la muerte, a veces creo que es el mismísimo Dios que ha venido para luchar a nuestro lado. Iré con él al norte aunque se oyen rumores de que allí los ejércitos enemigos son más que fieros y que se alimentan de los enemigos caídos en combate.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola! soy la chica del blog del mundo de los gnomos.
Me perguntaste si habia escrito yo el texto de "la Muñeca y la Rosa Blanca", no para nada, lo encontre en una pagina y me parecio bonita la historia. Sinceramente, es que mientras la leia...no se, me senti extraña, me llegó el texto y decidí ponerlo en mi blog...deberia haber puesto de donde procede, lo pondre, vovleré a buscarlo.
Bueno, a todo esto, ¿te gustó?

Un saludo

Anónimo dijo...

Nocheoscura:

He leído tu par de relatos y este merece la pena de criticar, principalmente porque el de Innosequé es muy pronto para apreciarlo pues la historia todavía no se ha desarrollado, y nada, no hay que escribir ni juzgarlo por los momentos.

Me gusta el "Día uno" de ese diario, es una puerta abierta a una de las batallas ficticias y ajenas de cualquiera de las películas que no nos sorprenden anualmente. Ese relato es para mí un ejercicio de desahogo y encadenamiento de esas ristras de pensamientos que inundan la imaginación profunda, muy bien, reconozco que escribir cuando se tiene facilidad para ello es ineludible.

Ahora como desconozco absolutamente el género de las batallas con dos bandos en perfecta organización y delimitación que se enfrentan a muerte, o el de la ficción, pues en mi país no hay guerra librada de esta manera; no sé como es la prosa de este tipo de historias. Pero mi consejo es que si deseas obtener un texto con un mejor acabado puedes imprimirle un mayor lirismo a la narración pues la trama del Día uno se presta para ello y lo intentas a lo largo del texto.

Ya te dije algo. Qué desfachatez no se qué rayos me he creído.

nocheoscura dijo...

a Meg: sí que me gustó la historia.

a Anónimo: el de Inges es una historia un poco complicada, tengo algún capítulo más pero casi todo lo tengo en la cabeza excepto el final que todavía le estoy dando vueltas.

El de Diario de un guerrero pretendo que el protagonista esté en "un segundo plano", al menos al principio, quiero intentar que el lector sienta lo que sienten los soldados. Esto es otro de mis relátos fantásticos como digo yo. No sé, a veces intento escribir otro tipo de cosas pero la fantasía me puede.

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