miércoles, diciembre 23, 2020

"No me despeines", le dijo el reo a la guillotina.



     Participar en una red social es, cuando menos, idiotizante en la mayoría de los casos. Quiero aclarar antes de continuar que estoy generalizando, por lo tanto siempre habrán otras casuísticas y realidades diferentes a las que yo comento.

    Años llevo ya en la Red, más de la mitad de los vividos, ¡ahí es nada! Cuando llegaron las redes sociales no fui de los primeros en subirme al carro, pero tampoco de los últimos. Pronto me di cuenta que las redes sociales no eran para mi porque no pretendo mis quince minutos de gloria ni mucho menos. No son para mi porque yo no me encuentro en posesión de la verdad mientras que la inmensa mayoría sí que la posee, ¿entonces cómo un ignorante va a poder hablar con tanto sabio?

    Si no piensas como la mayoría ya vas por el camino equivocado, pero no te preocupes siempre habrá otro grupo que piense como tú. Ese es el problema, que yo no quiero gente que piense como yo, quiero gente que piense de otra manera, quiero poder dar la razón constantemente y disfrutar de la experiencia de crecer como persona momento tras momento.

    Pero si no piensas igual ya he dicho que vas por mal camino. Por un lado están los sabios, que saben que lo que dicen es así porque lo dicen ellos, evidentemente sientan cátedra cuando hablan y jurisprudencia a la misma vez. También tenemos a esos calladitos que no hablan, a veces porque no tienen nada que decir y a veces porque no les hace falta dar su opinión que es la verdadera revelación divina y solo ha de ser mostrado ante los elegidos. Luego los de la palabra, los de que si dicen una cosa no tienen porqué luego decir otra, (modo ironía) porque la palabra es la palabra y la palabra de un hombre va a misa (fin de la ironía), como si opinar hoy una cosa y mañana la contraria fuera pecado o de idiotas, porque una cosa es cambiar de opinión y otra de ideología, pero esto no lo entienden y aunque el cuervo sea blanco ellos lo seguirán viendo negro.

    Lo bueno de las redes sociales es que no hace falta discutir, si no te interesa un tema es suficiente con que no contestes, hay quien cree que así demuestras que eres más inteligente, otros que de este modo pasan de discusiones y puede que también suceda que al no contestar no pierdan la batalla. Sin embargo la batalla la han perdido por no dar la oportunidad al otro de explicarse, la han perdido porque su silencio es el mismo que el del muerto en el campo de batalla.

    ¡Cómo me gusta decir "tienes razón"!, es lo que más me gusta de internet, de verdad. Hablar con alguien y llegar a la conclusión que desde la diferencia de opiniones puede que yo estuviera equivocado.

    El otro día decía Marta Peirano "te obliga a arrancar opiniones que todavía no tienes" y eso es cierto, lo malo de las redes es que cuando discutes (la palabra discutir no tiene significado peyorativo al contrario de lo que piensa una gran mayoría) no se da el tiempo suficiente a pensar, reflexionar y recapacitar. Pocas veces son las que alguien me ha escrito por privado opinando diferente a mi y con argumentos, conversaciones que se han podido alargar luego tranquilamente durante semanas, en muchas ocasiones solo llegando a la conclusión de que pensamos diferente aunque nos respetamos y puede que hasta nos admiramos.

    Ahora, pasado el tiempo, ya he entendido que las redes sociales no son una red en la que te lanzas y la gente te coge entre sus brazos como hacen algunos cantantes en sus conciertos al tirarse desde el escenario hacia el público. La red social es una tela de araña pegajosa y que lo único que pretende es que no te muevas, inmovilizarte mentalmente, quiere hacerte creer que ahí es dónde mejor estás porque si te movieras quizás podrías caerte desde las alturas.

    No todo es malo, ¡ni mucho menos! Creo que al final las redes somos cada uno, ellas te intentan poner trampas y tú te dejas atrapar o no te dejas atrapar. Son algoritmos simplemente. A mi hijo siempre le digo "no creas que Youtube te deja elegir, Youtube te da a elegir entre lo que Youtube quiere que veas", no hay nada de malo en esto siempre y cuando tú sepas que en realidad no estás eligiendo. Así que he descubierto que hay lugares con gente con intereses comunes a los míos en los que poder ampliar mis conocimientos, lugares que aconsejo abandonar a no muy tardar porque hay otros mejores.


 

domingo, diciembre 20, 2020

Hematofobia o miedo a la sangre

No hace mucho estaba yo limpiando el comedor y de repente noté como empezaba a faltarme un poco el aire, tenía calor y me estaba empezando a sentir mareado. Me senté y entonces me di cuenta de que estaba escuchando un podcast en el cual el podcaster estaba contando que le habían operado varias veces y los motivos. Ese simple hecho me llevó a marearme.

Mi relación con la sangre es incluso peor, si es sangre de otra persona lo llevo algo mejor, pero como la sangre sea mía entonces la cosa ya pinta peor. Sobre todo si es por cortarme con algo metálico, ahí tengo que ser rápido quitándome la ropa y tumbándome porque si no es muy posible que me caiga al suelo. He de decir que nunca me he desmayado del todo, pero también que he estado al límite.

El otro día leía una noticia en la cual una enfermera de EEUU se desmayaba tras recibir la vacuna de Pfizer contra la COVID y me sorprendía que comentara, tras ser entrevistada, que era bastante habitual en ella así que me interesé un poco más por el tema. Resulta que hay gente que ante el dolor puede sufrir un desmayo, ¡increíble! Comentaban algo referente al síndrome vagal aunque yo, la verdad es que lo que he leído es que es de mayor importancia que lo que se comenta aquí.

Todo viene porque pensé que quizás esa era mi respuesta ante la visión de la sangre, pero no. Yo simplemente sufro de hematofobia y creo que en uno de los niveles más leves. Si tienen que sacarme sangre en el Hospital siempre aviso de que me tienen que tumbar en una camilla y parece que están muy acostumbrados, de hecho cuando voy a levantarme siempre hacen hincapié de que me quede tumbado un poco más, parece ser que la experiencia les dicta que hay un número de minutos mínimo para que la gente como yo se levante de la camilla sin peligro.

Así que sigo sin ser único en nada, ¡qué bien!, porque yo que soñaba con "grandes sueños" ahora sueño con una vida normal.





Soy "extrovertido e introvertido", lo que algunos llaman ambivertido.

 ¡Tú eres la persona del mundo que más amigos tiene!, me dijo mi hijo mientras paseábamos por el pueblo. Pasear tiene esas cosas, la conversaciones o pensamientos nacen simplemente. 


No hijo, yo casi que no tengo amigos, conozco a mucha gente que es diferente.


Evidentemente, para un niño, al ver que su padre siempre habla con unos y con otros le puede parecer que eso es sinónimo de tenere muchos amigos. Yo lo entiendo porque quizás muchas de esas personas podrían a llegar a ser mis amigos si yo permitiera que lo fueran, pero es que me siento más cómodo quedándonos como conocidos simplemente. La amistad requiere mucho tiempo y aunque es un tesoro, yo hace tiempo que descubrí otros tesoros mayores (no digo que sean mejores). 


Aún así pensé en cómo era yo, siempre me he definido como un "extrovertido introvertido" y a diferencia de algunas personas sé que nadie en este mundo es único por lo que decidí averiguar qué es eso de ser "extrovertido introvertido". 


Como siempre y una vez más se volvió a confirmar mi teoría de que nadie es único (no estoy hablando de la verdadera raíz de la persona, del alma, de la espiritualidad...) y enseguida encontré que yo soy un "ambivertido", que quizás dos terceras partes de la humanidad somos así... ¡ahí es nada! Entonces quise saber quién, antes que yo (léase la ironía), había pensado académicamente sobre este tema y descubrí (me da vergüenza ahora saber que he pasado toda mi vida sin saber nada de él) a Carl Gustav Jung:


De vix.com:

"Para empezar, estos términos fueron acuñados -por primera vez- por el médico psiquiatra, Carl Gustav Jung en su célebre obra, Tipos psicológicos, de 1921. Allí, el discípulo de Sigmund Freud define a la introversión como aquella actitud más reflexiva y analítica mientras que la extraversión se preocupa más por las cosas superficiales del mundo exterior. Esto no quiere decir que una persona sea completamente introvertida o completamente extrovertida, sino que tienen distintas maneras de comportarse y de sentir."

Luego viendo el documental "Carl Gustav Jung, Compromiso de Corazón, El Extraordinario Viaje de Jung" descubrí más cosas sobre él. Cosas como que cuando conoció a Freud pasaron 13 horas ininterrumpidas hablando, que viajaron juntos a EEUU invitados por la Universidad de Clerk y que por discrepancias (y un libro escrito por Jung) sobre el inconsciente dejaron de lado su amista. ¡Qué bonito pensar en el intercambio de cartas que se escribieron desde 1906!

Así que ahora soy ambivertido, a mi me gustaba más lo de "extrovertido introvertido" porque es que es en ese orden como soy. Con la sociedad soy extrovertido, soy capaz de ir a presentarme a una persona desconocida, entablar una conversación con gente más inteligente que yo, bailar (mal, muy mal) en todas las fiestas... y sin embargo amo la soledad, estar en casa leyendo, leer un buen libro, pasear solo, tomar café solo... De vez en cuando necesito "conectar" con el mundo exterior, pero es una necesidad inherente al ser humano, la sociedad y la cooperación es lo que nos ha traído hasta aquí. 

Así que no soy la persona con más amigos del mundo porque para ello tendría que sacrificar mi parte introvertida y no estoy dispuesto a ello, sin embargo tengo muchos conocidos porque mi parte extrovertida hace que sea una persona de esas con las que te gusta cruzarte y hablar un rato.





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