domingo, abril 23, 2006

¡Ya se terminaron las vacaciones!

Me fui de vacaciones sin avisar pero al menos aviso a la vuelta ;-)

Siempre viene bien una semanita de descanso, aunque lo que es descansar descansar... no he descansado mucho.



He aprovechado para leerme otro libro de Jean M. Auel, en este caso ha sido "Las llanuras del tránsito". Me ha gustado mucho, como todos los libros de la saga que me he leído, eso sí, se me hacen eternos, me ha llevado más de un mes leerlo, aún así lo aconsejo. Destaco los numerosos descubrimientos que van apareciendo a lo largo del viaje.







También he leído uno de Arthur Conan Doyle, es el primero que me leo desde que yo recuerde de este autor, se titula "El valle del terror", y me ha gustado, no es que esté tirando cohetes pero hay que reconocer que este Sherlock Holmes es un fuera de serie. Destaco el valle del terror, que no es más que un valle minero situado por las Américas. El desenlace... ¡inesperado!.



Y entre tanta y tanta lectura también ha habido alguna que otra reunión de amigos, y siempre es grato saber que haciendo trampas mi amigo Carlos es el mejor, aunque su mujer María José es la maestra.

















------
¿Se puede pedir algo más?

martes, abril 04, 2006

Consumismo


He de confesar que nunca antes había disfrutado tanto escuchando un programa de radio o un podcast, sí, hablo del podcast "Triunfa en Internet", tanto es así que he sacado cuatro puntos para escribir cuatro entradas en este blog.

Hoy quiero hablar del consumismo que nos rodea o hasta del que nace de nosotros mismos. Un tertuliano del podcast comentó una idea en la que nunca había reparado, según lo entendí yo claro, y era la idea posible de rebasar el umbral del consumismo que no es lo mismo que renunciar al consumismo desde un principio. La diferencia estriba en que si rebasamos ese umbral es que antes hemos sido consumistas. Esto es muy importante porque dejar de ser consumistas es muy complicado pero no lo es tanto si nos mentalizamos que hemos rebasado el umbral del consumismo.

Como ejemplo me pondré a mi que estoy en vía de ser uno de los que rebasan dicho umbral. Resulta que una de mis grandes aficiones son los Pda, ordenadores de mano, Pocket PC o como ustedes quieran llamarlo, y estoy acostumbrado a cambiar de aparato cada dos años, y la pregunta es: ¿por qué lo hago, acaso es necesario, es vital, soy más feliz, soy mejor persona? Necesario no es, vital mucho menos, no soy mejor persona y... ¿feliz?, feliz consumista sí, lo reconozco. Ahora bien, han salido al mercado nuevos aparatos, de hecho ya había mejores cuando yo me compré el que poseo pues fue una adquisición de segunda mano y de nuevo la pregunta es: ¿de verdad necesito comprar uno nuevo?, la respuesta es NO. ¿Y porque siento el deseo de comprarme uno nuevo?, exclusivamente porque me bombardean constantemente con las mil y una ventajas que tienen. ¿Cómo puedo defenderme ante esto?, lo tengo claro, es siendo crítico conmigo mismo, siendo consciente de que en ciertos aspectos de mi vida he rebasado el umbral del consumismo, reconozco que no en todos. ¿Tendría mejor aparato comprando uno nuevo?, por supuesto, ¿me es realmente necesario?, NO.

Es curioso que me pasa algo parecido con los automóviles, mi reliquia de coche sigue soportando mis viajes pero, y por mucho que lo intento escuchar, no me pide a gritos que lo cambie por otro nuevo, todo lo contrario, me dice que desea seguir conmigo. Los que sí me piden a gritos que cambie de coche son los anuncios que se lanzan contra mi como Kamikazes, son todos aquellos consumistas que creen que por tener un coche mejor son más felices o mejores personas. Y por dinero no es, tener tengo lo mismo que una persona que trabaja, y por dinero no es porque ahora los venden con unas facilidades de pago increíbles, ¿quién no tiene coche nuevo por 150 euros al mes?, pues yo no lo tengo porque no lo necesito, mi consumismo está por encima de eso, es decir, he rebasado ese umbral.

Y así ocurre con muchas cosas en mi vida, confieso que no desde hace mucho, en mi nueva casa intentaré tener todas las comodidades que realmente me sean útiles y me hagan la vida más cómoda pero de ahí a consumir por consumir va un buen trecho.

Renunciar al consumismo es mucho más complicado que rebasar el umbral, tal vez lo primero sea lo ideal pero yo estoy en el segundo grupo, al menos lo intento. Cuando somos consumistas es difícil salir de esa espiral pero se puede.

Leyendo la revista "El XLSemanal" Enrique Murillo entrevista a Ramiro Pinilla y leo lo siguiente:
(E.M) Entonces, ¿la felicidad es algo que hay que conquistar?
(R.P.) Hay que despojarse de mucho, de mucho. En esta sociedad de consumo cada vez es más difícil hacerlo, pero es posible. Puedes pasar delante de El Corte Inglés y no mirar los escaparates, porque estás pensando en otra cosa.
Yo disfruto viendo escaparates, viendo anuncios e incluso una de mis aficiones (el mundo de los Pda) requiere estar leyendo constantemente todo lo nuevo que sale al mercado y no por eso soy consumista. El consumismo comienza ahí pero se puede rebasar el umbral, siempre es más fácil que renunciar a él.

Con esta entrada seguiré otro día porque no quiero hacerla excesivamente larga, lo que sí que les pediría es que dijeran algo que han comprado últimamente y que lo hayan hecho simplemente por consumir y otra cosa que la hayan comprado porque realmente piensan que la necesitan, comenzaré yo para dar ejemplo...

Artículo comprado por consumismo: una mochila para llevar los trastos.
Artículo comprado por necesidad: un teclado para el Pda, escribo más rápido con un teclado que con el lápiz y me canso menos.

Enlaces

Related Posts with Thumbnails