Aquella noche le costaba más que de costumbre conducir, tenía algo de sueño y tal vez lo mejor hubiera sido parar y descansar, pero le quedaban menos de diez minutos para llegar. Pensó en encenderse un cigarrillo ya que otras veces esa acción le había ido bien en el combate contra el sueño, no sabía bien si era por el hecho de fumar o por si se ventilaba el habitáculo al abrir la ventanilla, pero esta vez no podía pues el coche no era suyo y su propietaria no fumaba allí dentro.
Muchas noches, más de la cuenta, había conducido con sueño pero solo con sueño y nunca dormido. Nunca dormido desde que una vez dio una cabezada y a punto estuvo de salirse de la carretera y muy posiblemente se hubiera matado si así hubiera ocurrido. Desde esa noche tal vez conduzca con sueño pero nunca lo hace dormido, si es menester para, o se fuma cien cigarros, o se pone a cantar, o se abre la ventanilla o para si cree que pone en peligro la vida de los demás conductores o ña suya propia.Pero aquella noche le costaba más que de costumbre conducir, le quedaban menos de cinco minutos para llegar. Para alegría suya comenzó un tramo de curvas en el que debido a la atención que tenía que prestar se despejó por completo, por eso o por que le quedaban menos de cinco minutos para llegar.
Muchas noches, muchas, había deseado estar acostado y no conduciendo. Siempre se imaginaba lo que haría cuando estuviera durmiendo, ¡no piensen mal!, pues este señor cuando se acuesta no puede dejar de sonreir y unos escalofríos le recorren el cuerpo, es difícil de explicar pero les puedo asegurar que es una sensación maravillosa. Cuando estuviera durmiendo se acurrucaría y utlizaría su brazo derecho de almohada, así era como dormía y como duerme y como dormirá.
Cuando llegó por fin pudo acostarse, en breve se quedaría durmiendo. Poco a poco el sueño fue apoderándose de él y cuando su conciencia se comenzaba a introducir por el mundo de los sueños... ¡se despertó!, en su mente aún estaba conduciendo, estaba todo oscuro, pensó que el accidente debía haber sido grave porque no le dolía nada y ya se sabe que cuando no te duele la pierna es que te la han cortado como pasa en las películas, "¿qué he hecho?" se preguntó, y se dijo a sí mismo que era imposible que hubiera tenido un accidente, estaba seguro. Luego tocó el colchón y entonces comprendió, o estaba muerto o estaba en la cama, intentó alcanzar la luz y lo consiguió. Solo se había dormido.
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Esto que he narrado no es una historia inventada, es real, de hecho todo me ha pasado a mi.
Es curioso como actúa nuestra mente, ¿no?
Enlace: Interpretación de las pesadillas
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