domingo, mayo 21, 2006

Otra vida...

A lo lejos divisó las montañas, nunca creyó que podría llegar hasta allí, el sol parecía concentrarse en ella y se sentó en el suelo para volver a coger aire.

Todo empezó un día tormentoso de Julio, era la mayor tormenta que ella recordara hasta entonces, el agua caía por los cristales y en su descenso describía caminos imposibles que se unían para morir a la vez. Mirando fijamente aquellos senderos húmedos se preguntó si sería capaz de trazar su propio camino, ya estaba cansada de novios de quita y pon y del rumbo que mantenía su vida.
Se imaginó en otros países, tal vez podría ayudar cooperando en nombre de alguna ONG y así a la vez aprovecharía al máximo la nueva aventura. Se imaginó yendo al Banco y sacando sus pocos ahorros, no eran muchos pero quizás en otro país fueran una fortuna por lo que pensó en cuáles serían los sitios idóneos a tal fin. Se imaginó sola por el mundo siendo bien recibida, alimentada y hospedada allá donde iba.

A la semana siguiente comenzó su aventura. Fue al Banco y sacó casi todos sus ahorros y después se dirigió hacia la agencia de viajes de un amigo, de esos de quita y pon, el cual le orientó.

Dos días después se encontraba sola en un aeropuerto de un país del que nunca había oído hablar. El idioma no era problema pues hablaba inglés decentemente, español y chapurreaba francés. Lo primero que le llamó la atención fue el calor sofocante y la inexistencia de fuentes, allí el agua era oro.

Ya fuera del aeropuerto supuso que los taxis serían aquellos cacharros esparcidos por doquier y acertó. Su taxista, hablaba francés con gran dominio, le puso al corriente de la situación política del país y ella se lo agradeció enormemente. El trayecto hasta la capital fue exótico, cada quince kilómetros se encontraban con controles de militares armados hasta los dientes, por lo demás fue aceptable aunque echó de menos las autopistas y no se lograba explicar cómo podían aguantar los vehículos aquellas condiciones.

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Estoy seguro que quien haya comenzado a leer esta entrada la habrá leído entera, al fin y al cabo todos pensamos alguna vez en cambiar de vida, de ahí que cuando leemos que alguien ha cambiado la suya pensamos en nosotros, ¿no?


7 comentarios:

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Yo no he pensado en cambiar de vida, pero sí cambiar aspectos concretos de mi vida. Son poquitos los que me gustaría cambiar y espero conseguirlo pq no son utópicos. Admiro mucho a la gente que cambia radicalmente de vida, yo no podría.

Oye, tu comentario en mi post de lo "no dicho" me ha parecido muy acertado. Gracias :)

Un saludo.

nocheoscura dijo...

PARA, CREO QUE VOY A VOMITAR: yo tampoco podría cambiar radicalmente de vida, ya cambié una vez y no me arrepiento pero la vida que vivo ahora es la que quiero, cambiaré algunas cosas para mejor pero ya está. Suerte cn tus cambios.

Mayendar dijo...

Pues yo sí cambiaría radicalmente mi vida, si con ello no hiciese daño a nadie, pero lo malo es que alguien sufriría, así que no puedo hacerlo, aunque me pese.

Me encanta el dibujo qeu le has puesto al lateral del blog.

ROx dijo...

Hay cambios trascendentales y cambios temporales. De los primeros ya no se puede retroceder, a los segundos se les extrana cuando son parte del pasado.

nocheoscura dijo...

M A Y E N D A R : y me da la impresión que cuantas más responsabilidades más difícil.

A mi también me gusta el dibujo, lo cierto es que lo encontré de casualidad.

R O X : sé a lo que te refieres cuando dices "cambios temporales".

liz_ dijo...

he pesando muchas veces en liarme la manta en la cabeza y huir,pero.....esa cobardía no me lo permite.

saludos

nocheoscura dijo...

L I Z _ : esa cobardía no creo, esas responsabilidades o sentido común.

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