En la otra acera hay un gato, está sangrando. El coche bajo el que está le protege, le protege, ¿de qué le protege?
No parará hasta matarle, y más que matarle seguirá hasta hacerlo desaparecer porque esa es su misión más importante. De la muerte de Marco depende su vida. Con lo que no cuenta Cero es con que Marco no está solo, Marco está acompañado, aconsejado, abrazado por Laura. Uno es el gato y otro es el coche, ¿quién protege a quién?
El gato tiene todo la zona del pescuezo mal herida, a trozos en carne viva, sangrando lentamente y el pequeño felino inofensivo la mira directamente a los ojos. Ella lo mira también, le pregunta si esta es su última vida y el gato parece sonreír.
Piensa en levantarse e ir a por el gato, se imagina que se dejará coger, para llevarlo al veterinario donde le procurarán todos los cuidados necesarios para que ese gato vuelva a ser el que era. Sin embargo se fe reflejada en sus ojos que siguen mirándole fijamente, ella lleva sus manos a su pecho y siente que su corazón también está ensangrentado debido a las heridas de su alma. El amor a veces duele.
Cero sigue obsesionado, ha hecho volar la casa de Marco por los aires pero no está seguro de que fuera él el que al intentar entrar activó el detonador. ¿Y si sigue vivo?, si sigue vivo puede que yo esté muerto pronto.
Marco sigue andando, a su espalda queda la gran humareda que asciende hasta lo más alto del firmamento. Cada paso que da es un paso que no debería estar dando, es un paso que le ha robado a
El gato la mira, ella lo mira a él. Cero piensa en Marco, Marco piensa en
Un niño se acerca con un caramelo en la mano, ve al gato y del susto se le cae su tesoro al suelo. Su problema Universal.
3 comentarios:
Como me gustan estos "cuentecitos" jajajajaja...
Muuuuuuuuuuacks!
Cuentecitos, pues no estoy en la onda porque no pillo nada, ejejejej.
Por cierto, enhorabuena papito!!!
Lara: :-)
Amylois: no te preocupes, esto era un escrito para una novela que al final no tuve en cuenta.
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